Inventos y descubrimientos científicos de 2016 (10)
Repelente de ignorancia #94.
31/10/16
Antes uno podía decir o hacer cualquier cosa y atribuirle la culpa a un demonio que lo poseía o algo similarmente inexplicable. Hoy la única excusa científicamente válida es estar drogado, pero no conviene decirlo porque la gente es envidiosa. ¡Ah, la nostalgia! La nostalgia tampoco es lo que solía ser... En fin: lo importante es que la ciencia nos aleja de los demonios.
Fueron japoneses, obviamente, los científicos que crearon a Kengoro, el primer robot que suda. ¿Por qué? Por la misma razón que nosotros sudamos... o sudaríamos si tuviéramos 108 motores recalentándose cada vez que quisiéramos mover nuestros metálicos traseros. El flujo de agua entre sus huesos metálicos porosos alivia el efecto térmico al evaporarse. Como consecuencia, ahora los robots necesitan tomar agua, además de comer carne.
Nadie ha contado las galaxias, pero se observó 1/400 del cielo y se calculó la totalidad. Ahora, un nuevo censo cósmico indica que no se distribuyen tan homogéneamente como se pensaba y que la luz de la mayoría es demasiado débil para nuestros telescopios: debe haber al menos 2 billones de galaxias en el universo observable, 10 veces más de lo pensado. Recordemos que se estima la existencia de 17.000 millones de planetas como la Tierra sólo en esta galaxia.
¿A quién no lo violó un payaso cuando era niño? Ah... ¿no? No importa: Un estudio reveló que, de 250 niños de 4 a 16 años, todos sufrían algún tipo de ansiedad al ver uno. Una incomodidad similar provoca la familiaridad indefinida de los androides por la misma causa: estamos programados para desconfiar de los rasgos inmutables (en este caso, las sonrisas permanentes, a veces acompañadas de una lágrima de tinta también indeleble).
Contrariamente a la creencia popular, el cráneo no está para golpear objetos, sino para proteger al cerebro. La ciencia lo acaba de demostrar con detalle si el objeto es una pelota de fútbol: causa 54% de reducción de la memoria y un desequilibrio en la neuroquímica que dura 24 horas. El cerebro está relativamente "suelto" dentro del cráneo y absorbe la mayor parte del impacto aunque sea indoloro (el cerebro no tiene receptores de dolor).
Pese a no tener sensores, el dolor sólo existe en el cerebro: es una alarma que significa "Un oso te está masticando el brazo. Eso no es bueno". Y se ha probado que los placebos funcionan incluso cuando el paciente sabe que son un engaño. El escáner de fMRI mostró que el mecanismo tiene lugar en el giro frontal medio, implicado en la toma de decisiones. Tal vez sólo decidimos apagar la alarma al considerar que estamos ante una solución...
A medida que la ciencia avanza, la mafiosa fama de los dinosaurios disminuye: el velociraptor no era mucho más feroz que una gallina y casi todos los dinosaurios estaban cubiertos de coloridas plumas. Ahora se sospecha que los más feroces podrían haber rugido como un cocodrilo, mientras que la mayoría probablemente graznaba como los gansos. Lo que es seguro es que no tenían ni idea de cómo esquivar un meteorito. Estúpidas lagartijas...
Si bien el principal efecto del calciferol (vitamina D) es absorber el calcio, se descubrió que también previene la acumulación de proteínas tóxicas en los genes, extendiendo notoriamente la esperanza de vida (un 33% en gusanos c. elegans, que son genéticamente 50% humanos). Como la única fuente eficaz de calciferol es la luz solar, es más que evidente que si uno pudiera volar hasta el Sol viviría para siempre. Hasta que muriera calcinado.
Hay una teoría que asegura que el conocimiento humano no se almacena en las mentes de los individuos sino que se distribuye en la sociedad. Una prueba y explicación de esto podría ser que –según un reciente experimento– conocer a alguien que entiende algo nos hace creer que también lo entendemos, tal vez simplemente por tener el conocimiento "a mano". Uno siempre debería tener varios amigos idiotas para compensar y equilibrar la ilusión.
El calendario científico también tiene Halloween, y en el MIT aprovecharon para crear una Inteligencia Artificial capaz de tener visiones, en este caso enfocada en fabricar las imágenes más horrorosas posibles. El resultado no es exactamente escalofriante: las máquinas aún tienen muchas cosas espantosas que aprender de nosotros, pero por algo se empieza. Hasta los inventores del reguetón se tomaron su tiempo para hacer de la música algo horripilante.
Con ayuda de microchips, científicos que estudiaban el itinerario de 13 vencejos detectaron que tres de ellos volaron constantemente durante 10 meses, sólo bajando para la temporada de apareamiento –un evento que yo tampoco querría perderme aunque pudiera seguir volando–. Las otras 10 aves sólo tocaron tierra un 0,5% del tiempo durante esa migración, probablemente sólo para preguntar direcciones o tratar de sacarse los molestos microchips de la espalda.
Más repelentes de ignorancia
Desarrollan un robot que transpira
Fueron japoneses, obviamente, los científicos que crearon a Kengoro, el primer robot que suda. ¿Por qué? Por la misma razón que nosotros sudamos... o sudaríamos si tuviéramos 108 motores recalentándose cada vez que quisiéramos mover nuestros metálicos traseros. El flujo de agua entre sus huesos metálicos porosos alivia el efecto térmico al evaporarse. Como consecuencia, ahora los robots necesitan tomar agua, además de comer carne.
Se multiplican por diez las galaxias del universo observable
Nadie ha contado las galaxias, pero se observó 1/400 del cielo y se calculó la totalidad. Ahora, un nuevo censo cósmico indica que no se distribuyen tan homogéneamente como se pensaba y que la luz de la mayoría es demasiado débil para nuestros telescopios: debe haber al menos 2 billones de galaxias en el universo observable, 10 veces más de lo pensado. Recordemos que se estima la existencia de 17.000 millones de planetas como la Tierra sólo en esta galaxia.
A nadie le gustan los payasos
¿A quién no lo violó un payaso cuando era niño? Ah... ¿no? No importa: Un estudio reveló que, de 250 niños de 4 a 16 años, todos sufrían algún tipo de ansiedad al ver uno. Una incomodidad similar provoca la familiaridad indefinida de los androides por la misma causa: estamos programados para desconfiar de los rasgos inmutables (en este caso, las sonrisas permanentes, a veces acompañadas de una lágrima de tinta también indeleble).
Cabecear pelotas daña al cerebro
Contrariamente a la creencia popular, el cráneo no está para golpear objetos, sino para proteger al cerebro. La ciencia lo acaba de demostrar con detalle si el objeto es una pelota de fútbol: causa 54% de reducción de la memoria y un desequilibrio en la neuroquímica que dura 24 horas. El cerebro está relativamente "suelto" dentro del cráneo y absorbe la mayor parte del impacto aunque sea indoloro (el cerebro no tiene receptores de dolor).
Descubren el área del cerebro involucrada en el efecto placebo
Pese a no tener sensores, el dolor sólo existe en el cerebro: es una alarma que significa "Un oso te está masticando el brazo. Eso no es bueno". Y se ha probado que los placebos funcionan incluso cuando el paciente sabe que son un engaño. El escáner de fMRI mostró que el mecanismo tiene lugar en el giro frontal medio, implicado en la toma de decisiones. Tal vez sólo decidimos apagar la alarma al considerar que estamos ante una solución...
Los dinosaurios no rugían
A medida que la ciencia avanza, la mafiosa fama de los dinosaurios disminuye: el velociraptor no era mucho más feroz que una gallina y casi todos los dinosaurios estaban cubiertos de coloridas plumas. Ahora se sospecha que los más feroces podrían haber rugido como un cocodrilo, mientras que la mayoría probablemente graznaba como los gansos. Lo que es seguro es que no tenían ni idea de cómo esquivar un meteorito. Estúpidas lagartijas...
La vitamina D alarga la vida
Si bien el principal efecto del calciferol (vitamina D) es absorber el calcio, se descubrió que también previene la acumulación de proteínas tóxicas en los genes, extendiendo notoriamente la esperanza de vida (un 33% en gusanos c. elegans, que son genéticamente 50% humanos). Como la única fuente eficaz de calciferol es la luz solar, es más que evidente que si uno pudiera volar hasta el Sol viviría para siempre. Hasta que muriera calcinado.
No siempre distinguimos nuestro conocimiento del ajeno
Hay una teoría que asegura que el conocimiento humano no se almacena en las mentes de los individuos sino que se distribuye en la sociedad. Una prueba y explicación de esto podría ser que –según un reciente experimento– conocer a alguien que entiende algo nos hace creer que también lo entendemos, tal vez simplemente por tener el conocimiento "a mano". Uno siempre debería tener varios amigos idiotas para compensar y equilibrar la ilusión.
Crean una máquina de hacer pesadillas
El calendario científico también tiene Halloween, y en el MIT aprovecharon para crear una Inteligencia Artificial capaz de tener visiones, en este caso enfocada en fabricar las imágenes más horrorosas posibles. El resultado no es exactamente escalofriante: las máquinas aún tienen muchas cosas espantosas que aprender de nosotros, pero por algo se empieza. Hasta los inventores del reguetón se tomaron su tiempo para hacer de la música algo horripilante.
Las aves pueden volar 10 meses sin parar
Con ayuda de microchips, científicos que estudiaban el itinerario de 13 vencejos detectaron que tres de ellos volaron constantemente durante 10 meses, sólo bajando para la temporada de apareamiento –un evento que yo tampoco querría perderme aunque pudiera seguir volando–. Las otras 10 aves sólo tocaron tierra un 0,5% del tiempo durante esa migración, probablemente sólo para preguntar direcciones o tratar de sacarse los molestos microchips de la espalda.
Más repelentes de ignorancia