Cibermitanios

La imaginación es más rápida que la vista (o de cómo imaginamos lo que vemos)

Nuestras neuronas, en lugar de procesar la información cruda que entra por los ojos, la predicen, y luego hacen pequeños ajustes...
Esos seres casi mitológicos a quienes tanto se nombra en este blog, "los científicos", descubrieron algo sorprendente sobre la percepción visual: nuestras neuronas, en lugar de procesar la información cruda que entra por los ojos, la predicen, y luego hacen pequeños ajustes en base a la información sensorial. En otras palabras: las neuronas primero imaginan lo que vamos a ver y luego lo editan.

Por una coincidencia levemente desincronizada, este logro científico pierde su velo casi al mismo tiempo en que escribí aquello de la ceguera al cambio. Hubiese dado una perspectiva muy útil in situ. Pero no viene mal reforzar la idea con este apéndice que dice, parafraseando a la ciencia, así:

la mente se adelanta en el tiempoLa parte del cerebro con la que vemos está continuamente prediciendo la imagen que veremos a continuación. Uno o dos milisegundos después, la verdadera imagen entra por los ojos y el cerebro hace los cambios necesarios para que la imaginación coincida mejor con la realidad.

La utilidad de este mecanismo sería evidente en un caso como el del fútbol, por ejemplo, donde el jugador ve la pelota rodar en determinada dirección: su cerebro calcula y predice dónde se encontrará la pelota en la próxima actualización de la imagen (recordemos que no vemos "de corrido" sino que, al igual que una filmadora, tomamos varios cuadros por segundo). Ni hablar de deportes más veloces, como el baseball o el ping-pong, donde la pelota es más rápida que el ojo y sólo los cálculos mentales pueden realmente "ver" la trayectoria de la pelota comparando dos o tres cuadros que la vista apenas logra captar.

Quizá en una partida extrema de ping-pong, donde la pelota va y viene diez veces por segundo, todo en la mente del jugador sea una suposición. Cuanto más rápido es el juego, más se parece al ajedrez, más la mente se adelanta a la vista y luego corrige la imagen (si es necesario y si tiene tiempo).

No hace falta jugar a nada para ver este mecanismo clarividente en acción; ocurre a cada instante. Sin necesidad de internarme en la imaginación para obtener un ejemplo, como ya algunos comentaristas lo observaron: es como cuando uno lee aglo que etsá mal ecristo: la mente se adelanta, predice la percepción física, y uno se da cuenta del error después de haberlo interpretado como correspondía.

La realidadPara acercarme más al entendimiento, pienso en esta metáfora: un mimo que va siguiendo a un extraño por la calle, duplicando cada gesto que hace. Es de suponer que el mimo no sólo imita los movimientos de su víctima, sino que intenta predecirlos para duplicar la acción lo más solapadamente posible y crear una buena ilusión.

Para nosotros (lectores de este blog y del mundo), la idea de la percepción como pantomima no debería sonar demasiado nueva. Pero artículos como el post anterior tenían un alto contenido teórico, y esta prueba empírica rompe de una patada la barrera entre ciencia y filosofía, si es que la hubo alguna vez.

Para la ciencia, el quid del descubrimiento es que cambia el modelo que se usaba para comprender el fenómeno de la percepción. Ésta ya no es una cascada de información que entra por los ojos, sino la conjunción de dos chorros, uno real, otro imaginario, que dan lugar a la conciencia.

En la filosofía, esto concilia varias vertientes opuestas, entre otras: el empirismo, para el cual ningún pensamiento es posible sin la experiencia sensorial, y el solipsismo, que sostiene que todo cuanto pueda experimentarse es producto de la mente.

No quiero extenderme más, pero te dejo pensando que esto podría explicar variados fenómenos, como la extraña sensación de déjà vu y el por qué de que seamos imitadores por naturaleza: desde el nacimiento, en que empezamos a copiar a los demás, hasta la cúspide biomimética de nuestra tecnología, pasando por mi idea de que el neocórtex es una máquina de predecir el futuro, y dos cuentos más en particular que estoy esperando el momento oportuno para relatar, dentro de los cuales todo esto cobra otro sentido más profundo.

11 comentarios

  1. Sorprendente lo que es capaz de realizar nuestra maquina de pensar.

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  2. Que otras cosas mas escondera el cerebro????

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  3. esta teoría si que me convence para explicar los deja vus (algo así como que mientras tengas una imaginación muy trabajadora, tendrás mas deja vus xD)

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  4. Aventurero25/12/10 01:23

    No sé si creés en este tipo de cosas, pero igual.. :P
    Feliz navidad!

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  5. Mmm... creo en la felicidad, así que... gracias e igualmente :)

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  6. feliz navidad entonces!

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  7. Yo voy a hacer una pregunta de el mismo efecto pero contrario. Conozco a muchas personas (la mayoría mujeres) que les avientas algo, como las llaves o una pequeña pelota, en una distancia cercana y a una velocidad "normal" y !nunca las atrapan!. Es evidente entonces ver que en ellas no funciona su mecanismo de predicción de imágenes, pero la preguntas es ¿porqué?, ¿porqué unas personas si y otras no?, y ¿cómo se podría desarrollar esta habilidad?

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  8. Creo que una cosa es la percepción y otra cosa es la acción corporal. Atrapar un objeto con aceleración egocéntrica inesperada requiere no sólo una coordinación de ambas mencionadas cosas (acción y percepción) sino además cierto entrenamiento en ellas.

    Por otro lado, el movimiento reflejo (nótese que no logro escapar de la metáfora del mimo) es generalmente de origen inconsciente, como cuando por cuenta propia una de nuestras manos quiere castigar mortalmente a un mosquito que nos robó cinco microlitros de nuestra preciada sangre. Incluso en esos casos, el reflejo es retardado: el mosquito ya se fue, feliz y probablemente borracho al siguiente bar. Lo importante es que a nivel consciente pocos deben tener tanta velocidad y precisión para atrapar un objeto como la tienen para retar a duelo a un mosquito.

    Así que, no tengo una respuesta concreta. Sospecho, sin embargo, que al tratarse de o incluir una respuesta inconsciente, la habilidad en cuestión puede ser refinada por repetición del estímulo seguido de una recompensa o castigo, según el círculo del infierno en que se encuentre el verdugo.

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  9. quiero leer esos dos cuentos

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  10. Uno de ellos vendrá en breve. Quizás sean tres, para compensar el hecho de que el otro, honestamente, no recuerdo cuál era.

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