Premios Nobel 2015
Un repaso por los ganadores, aunque sea como excusa para aprender algo nuevo.
10/10/15
Un breve repaso por los últimos ganadores del Nobel, aunque sea como excusa para aprender algo nuevo y, con suerte, sentir que somos del grupo de control en el experimento de la estupidización mundial. Hoy le toca a los Nobel (cuyo lema podría ser "Como los Oscar, pero de cosas importantes"), pero no temas: siempre encontraré otra excusa para mostrarte lo que vale la pena compartir...
El universo entero es un potencial enemigo del ADN; todos los cambios internos y externos juegan con su frágil equilibrio, donde la posición de una sola molécula puede transformar a un gigante en un enano. Este Nobel va para quienes describieron con detalle los mecanismos que constantemente supervisan y reparan el ADN dañado, sin los cuales la evolución de la vida hubiera sido imposible, aunque bastante más chistosa.
Eso es lo que descubrió el primer científico, ya que antes se creía que el ADN era una molécula estable. El segundo investigador describió el mecanismo que repara el ADN tras el ataque de su enemigo número uno, la luz ultravioleta (cuando falla este sistema, la luz solar produce cáncer de piel). El tercero demostró cómo las células reparan errores cometidos durante la replicación del ADN al crearse nuevas células.
Las reparaciones son llevadas a cabo por enzimas, que son nada menos que moléculas cuya química automáticamente detecta errores mediante reglas muy simples: si se tratase de un corrector ortográfico, una regla sería "después de la letra N nunca va B, sino V"; la molécula cambia así "NB" por "NV", "MV" por "MB", etc.
Todo este sistema de control de calidad de la maquinaria más compleja del universo a veces falla, y conocerlo es indispensable para tratar y prevenir enfermedades como el cáncer y mutaciones genéticas indeseables.
Campbell y Ōmura descubrieron la avermectina, una nueva droga que ha contribuido a erradicar, entre otras enfermedades, la oncocercosis (o ceguera del río), la segunda causa más importante de ceguera en el mundo. La originan unos diminutos gusanos que sin vergüenza alguna copulan y se reproducen dentro de los ojos humanos, aunque técnicamente justo allí no es exhibicionismo porque no los podemos ver. Decenas de millones de personas, especialmente en África, alojan estos parásitos al año, de las cuales varios cientos de miles quedan irremediablemente ciegas. El gusano es transmitido por una mosca.
Por otro lado, Youyou Tu, quien seguramente debe haber crecido con grandes sentimientos de culpa en al menos dos idiomas, descubrió la artemisinina, otra droga que reduce significativamente la mortalidad a causa de la malaria, otra enfermedad infecciosa causada por parásitos y transmitida por insectos. Los miles de millones de vidas que estas dos sustancias ayudarán a preservar sin dudas valen un premio, una porción de los 207 millones de dólares dejados por Alfred Nobel para tal fin.
El japonés y el canadiense son responsables de aclarar la naturaleza del neutrino, una partícula que puede atravesar cualquier otro tipo de materia del universo, casi como si fueran partículas fantasma, ya que no los afectan las fuerzas nucleares que unen a los átomos ni el electromagnetismo.
Pese a este comportamiento y gracias a los mencionados laureados, hoy se sabe que estas partículas tienen masa, aunque una muy pequeña, de modo que interactúan sutilmente con el resto de la materia. De hecho, que se necesitaría un bloque de plomo de 1 año luz de espesor para detener a un solo neutrino.
Este descubrimiento es importante porque vivimos junto a una fábrica de neutrinos, el Sol, que nos bombardea con ellos a tal ritmo que 100 billones de dichas partículas nos atraviesan cada segundo. Además, son uno de los candidatos para explicar la materia oscura, eso que forma cerca de 1/4 del universo.
La ucraniana acredita este premio por su colección Voces de Utopía, que incluye, basado en entrevistas, temas como las mujeres en la Segunda Guerra Mundial, el desastre de Chernóbyl y otros aspectos de la vida soviética del siglo XX, cuya crítica le valió vivir exiliada, en su momento, por diversos países europeos.
El de Alexievich es un trabajo puramente periodístico, pero la crónica no es de la aburrida vida cotidiana en la que es noticia una vieja millonaria en quiebra que debió vender sus dientes de oro para poder comer, sino de un infierno tan surrealista como auténtico, uno que nadie espera vivir pero que late a la vuelta de cada esquina de la civilización.
La dedicatoria del comité Nobel indica: "Por su contribución decisiva a la construcción de una democracia pluralista en Túnez durante el despertar de la Revolución de los Jazmines de 2011".
La República Tunecina vivió hasta esa fecha una dura autocracia a manos del dictador Zine El Abidine Ben Ali, quien se vio forzado a huir del país al no poder reprimir (más) las protestas del pueblo, que comenzaron violentamente con la inmolación de un vendedor de frutas al que se le arrebató su medio de vida.
A partir de allí, el Cuarteto para el Diálogo Nacional –entidad civil que une sindicatos de trabajo, comercio, derechos humanos y abogados–, se dedicó a negociar en paz la transición a la democracia con lo que quedaba del gobierno, cosa que logró tres años después, en 2014.
Napoleón popularizó la idea de que "la unión hace la fuerza", pero el Cuarteto nos muestra una condición necesaria: el diálogo hace la unión.
Se pensaría que cuanto mayores son los ingresos de una sociedad, mayor es el consumo de la misma, pero Deaton demostró que en realidad el consumo varía más que los ingresos por la simple razón de que, a nivel individual, la gente tiende a equilibrar su propia economía a lo largo del tiempo según la perspectiva del futuro, por ejemplo, ahorrando al prever bajos ingresos y pidiendo préstamos al suponer un aumento posterior.
Esto es contraintuitivo para el mercado porque éste varía caprichosamente, experimentando para encontrar la ganancia óptima, y los economistas creían (antes de Deaton) que debía variar por ello más la oferta que la demanda. El trabajo matemático de Deaton despeja la paradoja al mostrar que el mercado debe estudiar los casos particulares y no la economía de un sector, que es un promedio y, por lo tanto, una ilusión.
Premio Nobel de Química
Para: Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar.
Por: Descubrir el corrector ortográfico del ADN.
Por: Descubrir el corrector ortográfico del ADN.
El universo entero es un potencial enemigo del ADN; todos los cambios internos y externos juegan con su frágil equilibrio, donde la posición de una sola molécula puede transformar a un gigante en un enano. Este Nobel va para quienes describieron con detalle los mecanismos que constantemente supervisan y reparan el ADN dañado, sin los cuales la evolución de la vida hubiera sido imposible, aunque bastante más chistosa.
Eso es lo que descubrió el primer científico, ya que antes se creía que el ADN era una molécula estable. El segundo investigador describió el mecanismo que repara el ADN tras el ataque de su enemigo número uno, la luz ultravioleta (cuando falla este sistema, la luz solar produce cáncer de piel). El tercero demostró cómo las células reparan errores cometidos durante la replicación del ADN al crearse nuevas células.
Las reparaciones son llevadas a cabo por enzimas, que son nada menos que moléculas cuya química automáticamente detecta errores mediante reglas muy simples: si se tratase de un corrector ortográfico, una regla sería "después de la letra N nunca va B, sino V"; la molécula cambia así "NB" por "NV", "MV" por "MB", etc.
Todo este sistema de control de calidad de la maquinaria más compleja del universo a veces falla, y conocerlo es indispensable para tratar y prevenir enfermedades como el cáncer y mutaciones genéticas indeseables.
Premio Nobel de Medicina
Para: William Campbell, Satoshi Ōmura y Youyou Tu.
Por: Combatir gusanos asesinos.
Por: Combatir gusanos asesinos.
Campbell y Ōmura descubrieron la avermectina, una nueva droga que ha contribuido a erradicar, entre otras enfermedades, la oncocercosis (o ceguera del río), la segunda causa más importante de ceguera en el mundo. La originan unos diminutos gusanos que sin vergüenza alguna copulan y se reproducen dentro de los ojos humanos, aunque técnicamente justo allí no es exhibicionismo porque no los podemos ver. Decenas de millones de personas, especialmente en África, alojan estos parásitos al año, de las cuales varios cientos de miles quedan irremediablemente ciegas. El gusano es transmitido por una mosca.
Por otro lado, Youyou Tu, quien seguramente debe haber crecido con grandes sentimientos de culpa en al menos dos idiomas, descubrió la artemisinina, otra droga que reduce significativamente la mortalidad a causa de la malaria, otra enfermedad infecciosa causada por parásitos y transmitida por insectos. Los miles de millones de vidas que estas dos sustancias ayudarán a preservar sin dudas valen un premio, una porción de los 207 millones de dólares dejados por Alfred Nobel para tal fin.
Premio Nobel de Física
Para: Takaaki Kajita y Arthur McDonald.
Por: Descubrir que los neutrinos tienen masa.
Por: Descubrir que los neutrinos tienen masa.
El japonés y el canadiense son responsables de aclarar la naturaleza del neutrino, una partícula que puede atravesar cualquier otro tipo de materia del universo, casi como si fueran partículas fantasma, ya que no los afectan las fuerzas nucleares que unen a los átomos ni el electromagnetismo.
Pese a este comportamiento y gracias a los mencionados laureados, hoy se sabe que estas partículas tienen masa, aunque una muy pequeña, de modo que interactúan sutilmente con el resto de la materia. De hecho, que se necesitaría un bloque de plomo de 1 año luz de espesor para detener a un solo neutrino.
Este descubrimiento es importante porque vivimos junto a una fábrica de neutrinos, el Sol, que nos bombardea con ellos a tal ritmo que 100 billones de dichas partículas nos atraviesan cada segundo. Además, son uno de los candidatos para explicar la materia oscura, eso que forma cerca de 1/4 del universo.
Premio Nobel de Literatura
Para: Svetlana Alexievich.
Por: Recordarnos que el infierno existe.
Por: Recordarnos que el infierno existe.
La ucraniana acredita este premio por su colección Voces de Utopía, que incluye, basado en entrevistas, temas como las mujeres en la Segunda Guerra Mundial, el desastre de Chernóbyl y otros aspectos de la vida soviética del siglo XX, cuya crítica le valió vivir exiliada, en su momento, por diversos países europeos.
Cada día me encontraba con una persona diferente... Las quemaduras salían afuera... Aparecían en la boca, en la lengua, en las mejillas... Primero eran pequeñas llagas, pero luego fueron creciendo... Las mucosas se caían a capas... Unas películas blancas... El color de la cara, el color del cuerpo... Azul... Rojo... De un gris pardo... Y, sin embargo, todo él era tan mío, ¡tan querido! ¡Esto no se puede contar! ¡Esto no se puede escribir! ¡Ni siquiera soportar!Plegaria de Chernóbyl
El de Alexievich es un trabajo puramente periodístico, pero la crónica no es de la aburrida vida cotidiana en la que es noticia una vieja millonaria en quiebra que debió vender sus dientes de oro para poder comer, sino de un infierno tan surrealista como auténtico, uno que nadie espera vivir pero que late a la vuelta de cada esquina de la civilización.
Premio Nobel de la Paz
Para: Cuarteto para el Diálogo Nacional (Túnez).
Por: Completar un refrán...
Por: Completar un refrán...
La dedicatoria del comité Nobel indica: "Por su contribución decisiva a la construcción de una democracia pluralista en Túnez durante el despertar de la Revolución de los Jazmines de 2011".
La República Tunecina vivió hasta esa fecha una dura autocracia a manos del dictador Zine El Abidine Ben Ali, quien se vio forzado a huir del país al no poder reprimir (más) las protestas del pueblo, que comenzaron violentamente con la inmolación de un vendedor de frutas al que se le arrebató su medio de vida.
A partir de allí, el Cuarteto para el Diálogo Nacional –entidad civil que une sindicatos de trabajo, comercio, derechos humanos y abogados–, se dedicó a negociar en paz la transición a la democracia con lo que quedaba del gobierno, cosa que logró tres años después, en 2014.
Napoleón popularizó la idea de que "la unión hace la fuerza", pero el Cuarteto nos muestra una condición necesaria: el diálogo hace la unión.
Premio Nobel de Economía
Para: Angus Deaton.
Por: Demostrar que los conjuntos son ilusiones.
Por: Demostrar que los conjuntos son ilusiones.
Se pensaría que cuanto mayores son los ingresos de una sociedad, mayor es el consumo de la misma, pero Deaton demostró que en realidad el consumo varía más que los ingresos por la simple razón de que, a nivel individual, la gente tiende a equilibrar su propia economía a lo largo del tiempo según la perspectiva del futuro, por ejemplo, ahorrando al prever bajos ingresos y pidiendo préstamos al suponer un aumento posterior.
Esto es contraintuitivo para el mercado porque éste varía caprichosamente, experimentando para encontrar la ganancia óptima, y los economistas creían (antes de Deaton) que debía variar por ello más la oferta que la demanda. El trabajo matemático de Deaton despeja la paradoja al mostrar que el mercado debe estudiar los casos particulares y no la economía de un sector, que es un promedio y, por lo tanto, una ilusión.