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"Elecciones obligatorias"

Si no se cuenta a la gente que no adhiere a ninguna opción, la democracia ha muerto.
En el último post mencioné algo sobre las elecciones obligatorias, sin ahondar en ello, y alguien comentó acerca de mi pesimismo al respecto. No creo que las elecciones democráticas sean algo malo. Lo malo es no comprenderlas, especialmente si son obligatorias. Y nada de lo siguiente tiene que ver con juegos de palabras, sino de ideas. En fin, la respuesta al comentario tangencial es esta...

Más de uno me dirá que votar es una obligación, y estarán en lo cierto. Aunque siempre se puede reflexionar un poquito más, por ejemplo sobre la diferencia entre una obligación y una responsabilidad.

Una responsabilidad es una consecuencia natural. Soy responsable de comer, de abrigarme, de sacar la basura para que no se amontone, de ponerme cada zapato en el pie correcto, etcétera. La responsabilidad es una consecuencia de la libertad: somos libres de tener sexo, por ejemplo, pero también responsables de cualquier imprevisto aparentemente sin relación que pueda suceder nueve meses después.

Una obligación, en cambio, tiene una consecuencia artificial. Es una responsabilidad basada en una amenaza; forma parte de un sistema de castigos. En democracia, soy obligado a votar en un sistema artificial so pena de perder mis derechos naturales (según el país, se puede penalizar desde el derecho de viajar al extranjero hasta la libertad física misma). Si no hago esto, me hacen aquello, ambas cosas contra mi voluntad. Y lo llaman "elección".

¿Dónde está mi libertad de elegir? ¿Dónde está mi libertad? ¿Qué se supone que estoy eligiendo, si sólo tengo me imponen dos o tres alternativas / candidatos?

Veámoslo así: Un ladrón entra a mi casa y me dice "dame el dinero o mato a tu familia". A eso llamo "elección obligatoria". Es el dinero o mi familia; estoy obligado a elegir el mal menor.

Sí, ya sé que hay cosas peores que la democracia, pero eso no es un argumento. Mi reflexión no apunta a si es bueno o es malo votar (ya verás la flecha dar en el blanco). Lo que se desprende de mis pensamientos es que sería una muy buena idea cambiar nuestras elecciones obligatorias por elecciones responsables, comenzando por garantizar una suficiente variedad de opciones y facilitar la correspondiente información al elector, que en general no sabe lo que hace ni por qué, quod erat demonstrandum en 2005.

Porque, y en esto seguramente estaremos todos de acuerdo, en las democracias se elige al menos peor. Casi nadie sabe a quién votar, casi nadie sabe cómo los candidatos pretenden solucionar los problemas pertinentes y, definitivamente, nadie sabe qué van a hacer una vez electos. Elegir cuando estas incertidumbres son demasiado elevadas y las opciones demasiado reducidas equivale a lanzar un dado.

Personalmente, dado que soy responsable de mi elección, no puedo darle mi voto (mi destino) a una persona sobre la que no sé nada. Prefiero, y de hecho lo hice un par de veces, no votar. Ser responsable, a veces, implica no participar en una farsa (y hacerse cargo de las consecuencias; ser libre).

Al mismo tiempo, una verdadera democracia exige que se revean sus cimientos cuando hay un mínimo de personas legalmente capacitadas para votar que no lo hacen. No votar cuando se tienen razones fuertes para ello es de hecho una responsabilidad moral y debería ser una obligación legal también. Garantizar el Estado esta opción moral y responder a ella es lo que debería ser norma y lo que yo llamaría "elecciones responsables".

Manifestar la disconformidad, en un sistema que puede ofrecer muchas opciones excepto la de manifestar la disconformidad con las opciones que ofrece, sólo puede hacerse no eligiendo (aunque a algún tautologista se le rompa la dentadura masticando esas palabras).

No elegir siempre es una elección, y no sólo eso: es la única elección común a cualquier circunstancia; la no elección es como la muerte: es la única posibilidad latente en todo momento, mientras que todo lo demás es incierto y cambia de acuerdo a las reglas (las opciones preestablecidas). Pero morir y no elegir son constantes inevitables y no negociables, dignas y estandartes de la libertad.

Dada la importancia de la no elección, sería completamente irresponsable cualquier democracia que no la contemplara con absoluta seriedad, porque en el fondo se está eligiendo no tener cualquiera de los destinos propuestos particularmente (no tiene nada que ver con la anarquía). En ello también la no-elección es todopoderosa como la muerte: niega cualquier otra posibilidad. Allí acaban la vida y la libertad, y hacer oídos sordos del poder de ambas es digno de estúpidos.

Tampoco faltará quien descalifique esta no-elección repitiendo versitos populares. Pero esto es filosofía, my friend. Aquí el pensamiento fluye al rededor de los muros de la opinión y a través de las grietas de la costumbre porque es un arroyo infinito cuya fuente es la libertad; el pensamiento es pura corriente y su único objetivo es seguir y seguir y si es necesario desbordar los diques de la mediocridad y hasta arrasar con la población que mora demasiado por debajo del nivel de un razonamiento seguro, es decir, de aquél que contempla la mayor cantidad de opciones posibles.

Moralmente, ¿quién no intentaría entrar en razón con el ladrón antes de renunciar a su dinero o su familia (sin garantías de que al final se lleve a las dos), o apelar a su sensibilidad, o partirle la cabeza con lo que tenga a mano, o cualquier otra alternativa que no sea de las impuestas? ¿Quién no elegiría no lanzar el dado si el juego le parece injusto?

Hay gente que a veces no está de acuerdo con las premisas de la democracia particular en la que vive (mucha gente), y si no se tiene en cuenta a esta gente, entonces, y automáticamente, la democracia ha muerto. (Gracias, Nietzsche, por la inspiración.)

Ya lo dijo Mark Twain: Si votar hiciera alguna diferencia, no nos dejarían hacerlo. Y, de hecho, si por ellos es, no nos dejan no-votar, que también es elegir. Eso es lo malo de una "elección obligatoria", especialmente si no hay calidad en las opciones para satisfacer las necesidades de elección, que es lo que suele ocurrir, y la democracia se vuelve una ruleta rusa.

En democracia, es necesario que se pueda no elegir y que se escuche la no elección. De otro modo, tenemos sólo un puñado de políticos luchando por el poder, no democracia.

Pero quisiera finalizar dejando la política de lado, porque todo lo dicho es una fábula cuya moraleja se aplica al resto de las elecciones de la vida. Siempre se puede elegir otra cosa; y, si no se puede, se puede no elegir. Si eso no es la descripción exacta de la libertad, se acerca bastante...

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15 comentarios

  1. Gran post Ayreonauta, me encantan los temas que llevan a la mayoría de la gente a reconstruir o al menos revisar un poco los cimientos de su "filosofía inconsciente" para cambiar los hábitos enfermizos que conlleva el sistema.
    Decir "elecciones obligatorias" es como decir "Te amo, sólo si me alabas, te levantas temprano los Domingos y no crees en otra cosa, en cuyo caso te irías a un lugar lleno de fuego y sufrimiento eterno" hasta parece el discurso de una novia histérica :P
    Saludos y seguí con este material excelente que tenés en tu blog.

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  2. Muy bueno el post, se hace reflexionar muchas cosas, pero creo que se puede "votar no votando", es decir, vos podes votar pero votas en blanco o rompes una boleta y la colocas en el sobre; sinceramente no estoy seguro como viene la mano pero creo que no estaria mal lo que propongo o me estoy saltenado algo en ese tipo de votos?

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  3. Sí: es que esos votos en blanco no son tenidos en cuenta, ni aunque superen en porcentaje a los votos recibidos por un candidato cualquiera. De modo que, aunque no sea explícito, es obligatorio elegir a uno de los candidatos.

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  4. Hola Ayreonauta, discrepo con tu filosofía de la "no-elección", dices que no elegir significa estar inconforme con las opciones posibles, y eso es cierto, sin embargo, la inconformidad es un arma inútil hasta que no se lleva a cabo una acción para combatir la imposición, es decir, proponer una opción propia; a fin de cuentas, no votar, en el caso de una elección presidencial, significaría dejar que los demás elijan por ti, dado que las demás personas existen, esto se convierte en un sistema holístico. El problema es que no somos libres en realidad, y en palabras de Sartre, no elegir, significa actuar de "mala fe".

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  5. Ese es el refrán que estaba esperando. Que un voto un blanco termine apoyando al que lleva la delantera es cierto pero es un defecto del sistema, y de eso me estoy quejando. Que las cosas sean ciertas no las hace buenas. ¿Cuál es el límite para seguir considerando que el sufragio es democráticamente legítimo? ¿Es aceptable que esté en desacuerdo total un 1% de la población? ¿Y un 5, 10 o 50%? ¿Cuándo se vuelve importante el silencio? No votar, en el sentido en que yo lo expongo, no significa no participar, sino estar limitado.

    Digamos que tengo una empresa con empleados y una supuesta filosofía de dejarles elegir qué beber durante el descanso. A sus efectos, instalo una máquina expendedora que tiene dos botones: café y té. Pero quizá ya es verano y la gente tiene calor. En ese caso, la única opción es no usar la máquina.

    No es una filosofía de la no-elección (para eso hay budismo). Tampoco ha de ser un arma. Ni puede cada ciudadano improvisar una opción sin más. No estoy diciendo que no hay que votar; digo que la democracia debería contemplar la insatisfacción porque señala un defecto en sí misma o en su dirección particular.

    Y este caso no tiene nada de mala fe (tampoco Sartre quiso decir jamás algo así; por el contrario, a nivel político actuó conforme esta idea más de una vez). El pueblo, en tanto abstracción, se manifiesta como puede, limitado por las opciones. Cuando las opciones, tan importantes en una democracia, son insatisfactorias, se elige no elegir, incluso votando por descarte.

    En una buena democracia no debería llegarse nunca a la posición de tener que no elegir. La democracia no es tal si las opciones no son elegidas (no "votadas") por el pueblo.

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  6. Creo que ya entendí mejor tu punto, en efecto sería interesante poner en practica ese tipo de democracia de "insatisfacción" que expones, lástima que el sistema actual no lo contemple, de hecho limitar las elecciones y hacer una novela de la vida real para manipular a los votantes les ha funcionado, los obligan a elegir al menor de dos males, engrandeciendo al candidato que necesitan y empobreciendo al rival. Lo mas efectivo a fin de cuentas es luchar contra la imposición, pero a veces es tan complicado, que es mas cómodo dejarlo de lado, habría que ser lo suficientemente humanitarios para dar la vida por el bien común; pero como no es así, tenemos que inventarnos excusas para no sentirnos cobardes. Con Sartre me refería a dejar que otros elijan por ti, lo cual significa escapar de la responsabilidad, aunque uno ni siquiera se de cuenta.

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  7. Muy bueno! Aunque no este muy relacionado lo que voy a decir, pienso que una gran parte del gobierno debería llevarlo a cabo una computadora, si se invirtiera podríamos ceder esa responsabilidad de gobernarnos.

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  8. Areyonauta, acá mi aportación:

    Me parece muy útil tu artículo, te felicito.

    Ahora, y respecto al voto en blanco, permíteme que comente lo siguiente:

    El voto en blanco es la forma de mostrar la discrepancia respecto al resto de opciones, es un voto protesta. No votar no muestra si una persona está disconforme, está disfrutando en la playa o si no tiene interés alguno por la política. Y, e voto nulo, equivale a no votar, así que ni sirve como protesta.

    El voto en blanco es como salir a la calle para protestar por una injusticia: probablemente no cambie cosa alguna, pero quedarse en casa seguro que no la cambia.

    Desconozco como será en Argentina, pero en España, se aplica el Método D'Hont para la conversión de votos a escaños, y te aseguro que el voto en blanco no favorece al que obtiene más escaños. De hecho, dispongo de una hoja de cálculo que utilizo en cada elecciones y con la que es fácil comprobar esto que te comento. A ver si la hago pública estos días ;-)

    Para seguir con la conversación, años atrás escribí acerca de este tema: http://noeresmas.com/articulos/elecciones-aprende-a-votar

    Saludos.

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  9. En Argentina también se utiliza (teóricamente) el sistema de D'Hondt, pero ocurre que utilicé indistintamente los términos "voto en blanco" y "no votar" como símbolos de falta de alternativas. Hice esto porque mi idea es que quedarse en casa a propósito también debería ser tenido en cuenta; después de todo, es una elección, y es una elección política.

    Brindo por la serendipia.

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  10. me parece que el tema pasa por buscar un sistema lo suficientemente creativo como para contentar hasta el 1% de la poblacion

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  11. Sabía que no ir a votar, es una forma de manifestar de mejor manera mi disconformidad que haciendo un voto nulo, lo que me faltaba eran las ideas correctas para explicar mi posición. gracias por el artículo muy bueno.

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  12. He estado pensando en el tema y creo que la forma que consideraría más acertada, seria la de un tipo de "voto de no conformidad", me explico.
    Lo malo del voto e blanco o no-votar (considero que tendría que siempre ser posible) es que estas dos opciones se pueden considerar como conformidad y no como no-conformidad.
    Si no voto nada me diferencia del que no va a votar por que no tenga ganas ese día o porque le de igual el resultado, y el voto en blanco lo veo más como aun estando de acuerdo con cualquier resultado pero quiero practicar mi responsabilidad de participas en las elecciones.
    Y el voto nulo tampoco reflejaría esta opción ya que no se diferencia nada de cometer un error a la hora de la votación.

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  13. Claro, por eso mismo se trata de pensar nuevos caminos, no de justificar los existentes. En este caso estamos hablando de política pero, si fuésemos un grupo de científicos o ingenieros tratando de diseñar el mejor sistema posible, habría ciertos errores básicos que no podríamos cometer. En un sistema que no contempla la disconformidad general, quien no vota es un indiferente legal. Yo considero que esto es una falla racional enorme: quien esté en contra de esta afirmación, que levante su sombrero.

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  14. Bueno, yo tengo 25 años y nunca he votado, no creo que mi voto haga alguna diferencia. El voto no tendría que ser "obligatorio".

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  15. Excelente, como siempre ayreonauta enseñando a pensar y haciendo tambalear ideas que uno considera inamovibles, no porque se aferre a ellas sino porque no profundizó lo suficiente como para ver un panorama mas amplio.

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