Vida de metal
iCHELLs: células de metal... ¿vivas?
18/9/11
Hace poco vimos que era posible la vida basada en arsénico, y deduje que algo aún más extraordinario era inmediato, siguiendo la aparente lógica de un universo en donde las excepciones se convierten en regla y las extravagancias en modelos. La vida es una extravagancia universal y una excepción; nuestros modelos de inteligencia y belleza son excepciones a la regla: la mayoría somos feos y estúpidos*.
* Me gustan los asteriscos.
El resto del universo parece funcionar con una lógica similar. Las cuestiones sociales, los planetas habitables, la soberanía misma de la materia frente a la antimateria, todas las cosas importantes parten de una diferencia individual que tarde o temprano se vuelve regla y modelo.
¿Cuántas excepciones habrá aún por conocer? La materia es puro potencial, como un par de dados en el aire. Si se dan las condiciones adecuadas, algo extraordinario puede pasar. No cualquier cosa, porque hay leyes que dictan el resultado aún cuando los dados están en el aire. Pero la vida –está demostrado– es uno de los posibles resultados. Y, si el universo obtuvo vida una vez, nada impide que lo haga nuevamente. No es simple cuestión de azar. Sospecho que hay algo en el aire apostando a su favor –y no sé qué es–.
En cualquier caso, no me sorprendió enterarme de que la vida podría también formarse con metales.
No hablo del típico robot consciente de ciencia-ficción (que algún día será sólo ciencia), sino de algo más profundo: organismos naturales cuyas células están hechas de metal. Nunca hubo razones para descartar esta posibilidad, pero parecía altamente improbable. Y ahora la ciencia logró pasar una primera prueba para que esta idea se gradúe, es decir, para que de improbable pase a ser probable...
Los científicos de la Universidad de Glasgow (Escocia) crearon unas burbujas llamadas iCHELLs que se comportan como células vivas, salvo por la pequeña diferencia de que están hechas de elementos metálicos como el wolframio (presente –ya que aún no puedo decir "pasado"– en los filamentos de las lámparas incandescentes y que es a los metales como el carbono a los elementos orgánicos: muy duro, con el punto de fusión más elevado, el punto de ebullición más alto y con la capacidad de adoptar diversas y maravillosas formas).
Estas burbujas pueden auto-ensamblarse si las condiciones son favorables, creando "células" con una estructura interna y una membrana externa con permeabilidad selectiva que les permiten tener reacciones análogas a las del metabolismo biológico, incluyendo –potencialmente– complejos procesos como la fotosíntesis.
Lo que les falta a estas iCHELLs para ser auténticas formas de vida es la capacidad de reproducirse (–¿Por qué otro motivo vivirían? –acota Poronguetti en conexión satelital desde la mansión Playboy), para lo cual necesitan un análogo del ADN. Pero, aún sin un dios del orgasmo que guíe sus vidas, las nuevas células metálicas han demostrado en el laboratorio incluso ser capaces de evolucionar, es decir, de cambiar sus estructuras químicas para adaptarse al ambiente.
La ciencia-ficción nos traumó con variantes de las máquinas de Von Neumann, diminutos robots capaces de auto-replicarse y consumir todo lo que encuentren a su paso. Esta idea siempre me causó gracia, no por imposible, sino por cotidiana: ¿Qué somos nosotros sino monstruosas máquinas de Von Neumann, multiplicándonos automáticamente de forma exponencial y agotando todos los recursos del planeta?
Por eso, antes de imaginar un futuro donde los nanorobots nos consumen, me parece más urgente pensar que en algún planeta remoto (aunque no haya necesidad del adjetivo, ya que todos los planetas salvo uno son remotos), la vida o algo similar ya evolucionó a partir de metales como el wolframio. Tiempo ha tenido.
Lo que diferencia a estas células metálicas de cualquier otro robot concebible es que no necesitan software alguno (o bien, su software son las leyes de la física, tal como lo son de las nuestras). Ninguna intervención divina es requerida para que la materia se autoorganice de formas complejas en este complejo universo. Hasta dónde puede evolucionar el metal, no lo sé, pero puede evolucionar, y creo que eso es lo suficientemente asombroso como expandir los alcances de la conciencia humana.
Si estas células metálicas existen naturalmente en alguna parte del cosmos (y es lo probable) y lograron organizarse (co-operar en forma de organismos), nuestras ideas acerca de los seres extraterrestres necesitan una revisión completa, no sólo por gusto sino porque cambia así también la idea de "zona habitable" que dirige a la ciencia en la búsqueda de vida alienígena.
Criaturas que normalmente harían caer la verosimilitud de muchas películas de ciencia-ficción podrían ser más comunes en el universo que los típicos homúnculos verdes: seres metálicos –muy lejos de por eso ser robots–, quizá con conciencia, aunque ésta no aparente ser un requisito vital (véase el reino vegetal, una forma de vida aparentemente inconsciente que no podríamos haber imaginado de no existir en nuestro propio planeta y frente a nuestras propias narices).
Y aunque fuera imposible que el metal desarrolle una conciencia, queda demostrado que, al menos en la Tierra, puede obedecer a algunas de las mismas leyes a las que obedece la vida orgánica.
Si a estos prototipos de Glasgow se les suma la capacidad de procesamiento de la materia programable, tendremos una forma de vida artificial para manipular a nuestro antojo: robots –sin consciencia– capaces de hacer desde tareas domésticas hasta colonias en otros mundos por y para nosotros, aunque quizás en el proceso pierdan contacto, evolucionen de forma autónoma y sobrevivan mucho más que nuestras ridículas estructuras de carbono e incluso desarrollen mitologías acerca de su propio origen...
Nunca se sabe: bajo el dominio de las leyes de la física, ideas metafísicas como el génesis, el alma y la reencarnación toman un sentido más lógico: la creación como un estallido de espacio-tiempo, el alma como la combinación única de fuerzas que forja nuestros cuerpos materiales a partir de materia inanimada (sin ánima = alma) y esa combinación como id-entidad capaz de dar origen a otra carne cuando la nuestra haya vuelto al polvo... aunque, claro, la idea original pierde glamour.
Sin embargo, debo advertir que el concepto original de la reencarnación de las almas es bastante estúpido: si lo único en común entre mis vidas pasadas y la actual es mi alma, y si bien mi alma guarda memoria de esas vidas anteriores pero yo no tengo acceso a ellas, ¿qué es lo que se reencarnó?
* Me gustan los asteriscos.
El resto del universo parece funcionar con una lógica similar. Las cuestiones sociales, los planetas habitables, la soberanía misma de la materia frente a la antimateria, todas las cosas importantes parten de una diferencia individual que tarde o temprano se vuelve regla y modelo.
¿Cuántas excepciones habrá aún por conocer? La materia es puro potencial, como un par de dados en el aire. Si se dan las condiciones adecuadas, algo extraordinario puede pasar. No cualquier cosa, porque hay leyes que dictan el resultado aún cuando los dados están en el aire. Pero la vida –está demostrado– es uno de los posibles resultados. Y, si el universo obtuvo vida una vez, nada impide que lo haga nuevamente. No es simple cuestión de azar. Sospecho que hay algo en el aire apostando a su favor –y no sé qué es–.
En cualquier caso, no me sorprendió enterarme de que la vida podría también formarse con metales.
No hablo del típico robot consciente de ciencia-ficción (que algún día será sólo ciencia), sino de algo más profundo: organismos naturales cuyas células están hechas de metal. Nunca hubo razones para descartar esta posibilidad, pero parecía altamente improbable. Y ahora la ciencia logró pasar una primera prueba para que esta idea se gradúe, es decir, para que de improbable pase a ser probable...
iCHELLs
Los científicos de la Universidad de Glasgow (Escocia) crearon unas burbujas llamadas iCHELLs que se comportan como células vivas, salvo por la pequeña diferencia de que están hechas de elementos metálicos como el wolframio (presente –ya que aún no puedo decir "pasado"– en los filamentos de las lámparas incandescentes y que es a los metales como el carbono a los elementos orgánicos: muy duro, con el punto de fusión más elevado, el punto de ebullición más alto y con la capacidad de adoptar diversas y maravillosas formas).
Estas burbujas pueden auto-ensamblarse si las condiciones son favorables, creando "células" con una estructura interna y una membrana externa con permeabilidad selectiva que les permiten tener reacciones análogas a las del metabolismo biológico, incluyendo –potencialmente– complejos procesos como la fotosíntesis.
Lo que les falta a estas iCHELLs para ser auténticas formas de vida es la capacidad de reproducirse (–¿Por qué otro motivo vivirían? –acota Poronguetti en conexión satelital desde la mansión Playboy), para lo cual necesitan un análogo del ADN. Pero, aún sin un dios del orgasmo que guíe sus vidas, las nuevas células metálicas han demostrado en el laboratorio incluso ser capaces de evolucionar, es decir, de cambiar sus estructuras químicas para adaptarse al ambiente.
Vida metálica extraterrestre
La ciencia-ficción nos traumó con variantes de las máquinas de Von Neumann, diminutos robots capaces de auto-replicarse y consumir todo lo que encuentren a su paso. Esta idea siempre me causó gracia, no por imposible, sino por cotidiana: ¿Qué somos nosotros sino monstruosas máquinas de Von Neumann, multiplicándonos automáticamente de forma exponencial y agotando todos los recursos del planeta?
Por eso, antes de imaginar un futuro donde los nanorobots nos consumen, me parece más urgente pensar que en algún planeta remoto (aunque no haya necesidad del adjetivo, ya que todos los planetas salvo uno son remotos), la vida o algo similar ya evolucionó a partir de metales como el wolframio. Tiempo ha tenido.
Lo que diferencia a estas células metálicas de cualquier otro robot concebible es que no necesitan software alguno (o bien, su software son las leyes de la física, tal como lo son de las nuestras). Ninguna intervención divina es requerida para que la materia se autoorganice de formas complejas en este complejo universo. Hasta dónde puede evolucionar el metal, no lo sé, pero puede evolucionar, y creo que eso es lo suficientemente asombroso como expandir los alcances de la conciencia humana.
Si estas células metálicas existen naturalmente en alguna parte del cosmos (y es lo probable) y lograron organizarse (co-operar en forma de organismos), nuestras ideas acerca de los seres extraterrestres necesitan una revisión completa, no sólo por gusto sino porque cambia así también la idea de "zona habitable" que dirige a la ciencia en la búsqueda de vida alienígena.
Criaturas que normalmente harían caer la verosimilitud de muchas películas de ciencia-ficción podrían ser más comunes en el universo que los típicos homúnculos verdes: seres metálicos –muy lejos de por eso ser robots–, quizá con conciencia, aunque ésta no aparente ser un requisito vital (véase el reino vegetal, una forma de vida aparentemente inconsciente que no podríamos haber imaginado de no existir en nuestro propio planeta y frente a nuestras propias narices).
Otras posibilidades
Y aunque fuera imposible que el metal desarrolle una conciencia, queda demostrado que, al menos en la Tierra, puede obedecer a algunas de las mismas leyes a las que obedece la vida orgánica.
Si a estos prototipos de Glasgow se les suma la capacidad de procesamiento de la materia programable, tendremos una forma de vida artificial para manipular a nuestro antojo: robots –sin consciencia– capaces de hacer desde tareas domésticas hasta colonias en otros mundos por y para nosotros, aunque quizás en el proceso pierdan contacto, evolucionen de forma autónoma y sobrevivan mucho más que nuestras ridículas estructuras de carbono e incluso desarrollen mitologías acerca de su propio origen...
Nunca se sabe: bajo el dominio de las leyes de la física, ideas metafísicas como el génesis, el alma y la reencarnación toman un sentido más lógico: la creación como un estallido de espacio-tiempo, el alma como la combinación única de fuerzas que forja nuestros cuerpos materiales a partir de materia inanimada (sin ánima = alma) y esa combinación como id-entidad capaz de dar origen a otra carne cuando la nuestra haya vuelto al polvo... aunque, claro, la idea original pierde glamour.
Sin embargo, debo advertir que el concepto original de la reencarnación de las almas es bastante estúpido: si lo único en común entre mis vidas pasadas y la actual es mi alma, y si bien mi alma guarda memoria de esas vidas anteriores pero yo no tengo acceso a ellas, ¿qué es lo que se reencarnó?
¿que es lo que se reencarno?
ResponderEliminarlo que no fuiste
Eres ALUCINANTE!
ResponderEliminar"Sospecho que hay algo en el aire apostando a su fabor -y no sé qué es-."
Como lo haces para leerme la mente?!
Te amo.
Pero... si esas burbujas pueden formarse de manera natural que necesidad hay de que las propias burbujas se reproduzcan? no es posible que la reproduccion sea exclusiva de formas de vida basadas en adn?
ResponderEliminarConcuerdo con Don Anónimo numero 1.
ResponderEliminarPero... si esas burbujas pueden formarse de manera natural que necesidad hay de que las propias burbujas se reproduzcan? no es posible que la reproduccion sea exclusiva de formas de vida basadas en adn?....
ResponderEliminarpensá que nuestra vida también empezó como burbujas, después se introdujo el adn y todo lo demás. o por lo menos es lo que se cree y acepta
mucho que pensar, quien nos dice que ya hubo una poblacion de seres base celulas metalicas y no resistieron los estragos de su civilizacion, llena de deshechos que al combinarse se formo esa sopa primitiva de la que provenimos, para cualquier lago de cono tiempo la historia puede encajar mas que bien. gracias por el post
ResponderEliminarWOW. Creo que encontré un post donde no a comentado nada un tal saibot.. aprovecho para decirte cibermitaniosman que sos ese típico ser humano delirante que sabe mucho y le encanta aprender.. lo digo porq en eso somos parecidos. Desde que un amigo q ahora esta muuuuuuuuuuuy lejos y que seguro va a leer esto me recomendo esta pagina, no puedo dejar de leerla, porq pasa a ser adictiva (eso abría q investigarlo )
ResponderEliminarSaibot.. o mejor dicho tobias (el hermano de Totti) soy Lucas y mas vale q me llames porq no nos hablamos ahce como 5 meses ajajjaja
Y mira x donde te encontre.... jajaja salis como el mas vicio de cibermitaños.
Aguante el grunge y el socialismo
y mi novia claro xD
En una de esas los transformers empezaron siendo una colonia de seres metalicos mandados a construir por otra forma de vida y nosotros los conocemos como seres de ciencia ficcion... Jajaja, se me vino a la cabeza eso...
ResponderEliminarY no dudo de que la realidad que no conocemos supera ampliamente nuestra imaginacion. Lo vemos nosotros mismos en nuestro propio planeta tierra y enumerar los casos en que los seres vivientes de aca que son inimaginables me llevaria una eternidad.
¿Quien sabe que nos espera mañana?
ResponderEliminarTal vez lo que buscabas ayer.
Claro, entonces existen los transformers!
ResponderEliminarjajajaja y aguante cibermitanios te falto ja, saludos
ResponderEliminarpd: ayreo, post como estos o hacen que me pelee con la profe de biología, me di cuenta que los biólogos so bastante cerrados de mente (no todos) la mayoría.
Genial, era de esperarse. Despues de todo la tabla periodica es solo una lista de materiales. Dudo que la vida distinga entre metales y no metales. Igualmente, creo que nuestra arquitectura basada en la TRePEV del carbono va a ser dificil de superar. Pero bueno, la lista es larga y las posibilidades infinitas.
ResponderEliminarTu fiel lector, pero infiel escritor de comentarios, Salvador.
@saibot, un profesor, sin importar de qué, es un profesor; es decir: su trabajo es profesar. No se supone que piense o indague más allá de lo que sabe. Por otro lado, esto de la vida de metal es altamente especulativo. Hay que ser abierto pero no ingenuo.
ResponderEliminarAyeronauta, muy bueno el post, muy interesante. Uno con la ciencia ficción puede ver cualquier cosa y piensa ¿se podría hacer realidad? y cada vez los científicos asienten más cosas.
ResponderEliminarPD: Excelente que hayas agregado el boton "+1" de Google+ :D
Saludos!
como que se supone que no indague mas allá de lo que sabe? mira que te hablo de profesores universitarios, se supone que también son científicos, y como científicos su deber es descubrir la verdad.
ResponderEliminarSí, bueno... También se supone en mayor o menor grado que los políticos son pensadores y que su deber es mejorar la sociedad, que los críticos son eruditos y que su deber es contribuir al progreso, etc. Sin embargo, especialmente cuando el sueldo es bueno, los políticos hacen política, los críticos critican y los profesores profesan, sin importar si son de izquierda o derecha, si están a favor o en contra o si toman evaluaciones de biología o chino mandarín.
ResponderEliminarEl mundo está lleno de gente que no hace lo que se supone que debería hacer. Quizá esperamos demasiado de los demás; quizá nos conformamos con muy poco de lo que queremos para nosotros.
así me pintas el mundo como una mierda T.T
ResponderEliminar¬¬ no soy pintor.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=j1qC9hG374o&feature=related
ResponderEliminarUna pregunta, cuando dijiste que se podían crear naturalmente, con que condiciones sería posible?
ResponderEliminarY otra cosita, me ha llamado la atencion cuando has dicho que puede que su software fuesen las leyes de la física, no seria esto posible con nosotros? solo que al ser seres tan complejos no se pueda predecir completamente nuestro siguiente "movimiento" y que la conciencia sea solo una ilusión?
La consciencia no es una ilusión. Es probablemente el más sublime logro de la realidad, porque la supera. La consciencia es, por un lado, un fruto de la realidad, una fuerza tremenda concentrada en un pequeño espacio que generalmente desperdiciamos dedicándola a tareas superfluas y monótonas, ignorando su verdadero potencial. Lo ignoramos a propósito porque nos aterra darnos cuenta de que la vida es una carrera que no podemos ganar. Dentro de esos límites tan marcados de su realidad, por otro lado, la consciencia es un tubo de ensayo donde todo es posible. Sólo la conciencia es libre. No las ideas ni la lógica ni la imaginación ni los sueños: el acto de ser consciente de ser, el fruto más elevado al que podemos aspirar en esta realidad que nos siembra y nos cosecha. La consciencia es semilla de libertad, no es ninguna ilusión. Si lo fuera, ¿sería una ilusión para quién o qué?
ResponderEliminarY, sí, fue lo que escribí: las leyes de la física, sean lo que sean, son el software de la vida (no debe entenderse "física" como rama de la ciencia, sino como objeto de estudio), pero no de la consciencia. Una vez que la consciencia emerge, es autodidacta; crea sus propias leyes para sí misma, o al menos tiene la capacidad de hacerlo.
No sé en qué condiciones sería posible que los metales desarrollaran consciencia, pero definitivamente es algo que podemos averiguar algún día.
Si las leyes de la física son el software de la vida pero la conciencia es libre, significa eso que tenemos libertad de pensar pero no de actuar? que tan solo sea algo falso, que actuamos siguiendo esas leyes, aunque nuestro pensamiento y conciencia no se vean afectados por las mismas?
ResponderEliminarPero, ahora que me pongo a divagar... como explico las enfermedades mentales? un psicopata, mata por ser psicopata, o es psicopata por matar? XD
me párese que te estas enredando un poco.
ResponderEliminarprimero que nada, la conciencia se da como consecuencia de la vida (cuando existan robots conscientes de si mismo podemos armar un debate sobre esto) siguiendo sus leyes, pero luego logra "independizarse" de estas de algunas forma. o es lo que entendi de ayreo.
por otro lado, un psicópata es alguien enfermo, su enfermedad en la psiquis afecta su percepción de la realidad y su capacidad de ser consiente de sus actos.
excelente, como siempre!
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