Caca de perro y energía gratis
Propuesta muy seria para convertir el excremento canino en energía pública.
15/9/10

El proyecto se llama Park Spark, e intenta instalar la costumbre de no sólo recoger la caca de las mascotas sino también de depositarla en unos tanques especiales que la transformen en biogás y alimenten algunas lámparas públicas o incluso pequeñas parrillas, para empezar.


¿No es una iniciativa excelente? No porque vaya a solucionar los problemas energéticos del mundo (a menos que los perros cagaran materia oscura como los niblonianos), pero es un sistema muy práctico que ayudaría a generar conciencia ecológica y responsabilidad social.
La milagrosa alquimia que transforma caca en energía ocurre en un tanque especial donde habitan microorganismos anaeróbicos, es decir, bichos que no necesitan quemar oxígeno para vivir. En cambio, obtienen su energía de la fermentación de la materia biodegradable y, así como nosotros eliminamos CO2 como residuo, ellos eliminan metano, que es el gas que usamos para cocinar.

-Disculpe, jovencito...
¿Otra vez usted, abuela? ¿Qué quiere ahora?
-Quería decir algunas palabras porque algunos lectores no entendieron mi participación en el bloc anterior.
Se dice "post", abuela. Apúrese, que estoy tratando de escribir uno.
-Nada más quería decir que soy fan de Cibermitaños. ¿Se dice así? También quería pedir que escribieran sobre dentaduras postizas.
Bueno, lo voy a pensar...

Además, este sistema evitaría malos olores, focos de infección y trabajo de recolección.
En principio, está pensado para aprovecharse en lámparas a gas, con una tenue y romántica luz de mierda, o calentadores de agua y cosas por el estilo, pero nada impide que ese mismo gas -a gran escala- pueda usarse para crear electricidad y alimentar otros dispositivos por medio de dínamos a vapor, por ejemplo.


Lo mejor de todo esto es que no se necesita más tecnología que un tanque metálico. Las bacterias aparecen solas y hacen lo suyo, generando gas puro que puede encenderse con una chispa. Cualquiera puede hacerlo en cualquier lugar (de hecho, esta es una iniciativa personal sin apoyo estatal, y si hablo de esto es con la esperanza de que algún lector decida imitar esta gran idea).

De ahí, hay un solo paso a que alguien diga: "podríamos instalar baños públicos que utilicen el mismo sistema". Y un par de pasos más hasta que alguien piense seriamente en aprovechar todos los desperdicios humanos, y no me refiero a los políticos corruptos y cantantes de pop comercial. Puede sonar un poco repugnante, pero, en realidad, la idea de una ciudad sustentada energéticamente por mierda es muy poética.
De todos modos, nos guste o no, el metano que usan nuestras cocinas sigue siendo -en parte- producto de trillones de toneladas de caca acumulados a lo largo de la historia planetaria. No viene mal tenerlo presente al encender una hornalla; puede hacer que una tarea rutinaria se convierta en una maravillosa experiencia de conciencia acrecentada.