Antes que nada, es importante entender que estos experimentos pueden ser peligrosos y nadie que intente imitarlos estará exento de riesgos; estamos hablando de plasma, un gas eléctrico muy caliente y difícil de controlar. Entendido esto, veamos cómo es posible crear un poco de plasma, el cuarto estado de la materia, con un microondas común y corriente y un par de objetos más...

Este primer experimento se basa en la electrolisis de una uva (sí, una uva), y es el menos peligroso de todos. Su efecto es prácticamente decorativo. En el microondas se ha colocado una uva cortada al medio, pero sin que sus mitades se separen del todo. El video está dividido en tres partes: en la primea se ve como la uva despide pequeñas bolas de energía; en la segunda, se ha colocado una campana de cristal para retener el plasma, y el efecto es maraviloso. La última parte es una repetición de la anterior, pero en slow motion (cámara lenta). Cada experimento dura menos de cinco segundos.



La uva es rica en iones, lo que le facilita intercambiar electrones. Al calentarse, los electrones van de una de las mitades de la uva a la otra, cada vez más rápido a medida que aumenta el calor, hasta que alcanzan la suficiente temperatura como para explotar en un fluido gaseoso de iones, o sea: plasma.

El siguiente experimento es mucho más peligroso, ya que se alimenta el calor del plasma con fuego. Se pone una vela encendida (o un fósforo) dentro del microondas y se la cubre parcialmente con un frasco.



¿El sonido te resulta familiar? El plasma generado es similar al que encontraríamos dentro de un tubo fluorescente. La diferencia es que esta luz (que puede dañar la vista permanentemente porque no está polarizada) es generada por la acumulación de CO₂ en la parte superior del frasco, y su posterior ionización. En el proceso se generan muy altas temperaturas y existe el riesgo de que explote el frasco si se acumula demasiado calor.