Cibermitanios

La heredabilidad de los sombreros

La complicada interacción entre los genes y el medio ambiente.
Cuando vimos el interminable viaje humano a través del mundo omití, para mantener nuestras respectivas corduras, los cambios biológicos que cada paso conllevó. Pero esa historia, en el fondo, no es la historia de un viaje, de una simple traslación. Es una historia evolutiva porque a cada paso un individuo moría y dejaba una copia inexacta de sí mismo, y la cosa en que difería cada copia dependía completamente de su entorno...



Lo primero que me llamó la atención en esta imagen no fue el astronauta ni su extraña ubicación en la atmósfera o la cantidad de gente que lo está observando, ni siquiera las sombras contradictorias o la ambigua profundidad y/o tamaño del astronauta con respecto a los demás. Lo llamativo es que todos tengan sombreros.

Si bien esta no es una escena que se vea muy a menudo, hubo épocas y lugares en donde casi todos usaban un sombrero de alguna clase, o todos tenían algún tipo de barba, o todos tenían tatuajes o trenzas o platos en los labios o adornos de plumas. Así que no es un mundo alternativo intrínsecamente imposible.

Por otro lado, había cosas que todos esos grupos mencionados tenían en común. Por ejemplo, a pesar de diferir en la preferencia por barbas o sombreros, todos tenían cinco dedos en cada mano. De lo cual se puede deducir que la cantidad de dedos no sólo es hereditaria sino que tiene una heredabilidad del 100%. ¿Correcto?

¡Para nada! De hecho, la heredabilidad de la cantidad de dedos es 0%, y ahora voy a explicar por qué...

Cuando se observan detenidamente los miembros de la población, pueden encontrarse diseminados algunos individuos con cuatro dedos, con tres, dos y medio... casi nunca con seis o siete. Investigando un poco más, descubrimos que la variación en la cantidad de dedos se debe casi exclusivamente (salvo alguna estrafalaria enfermedad que afecta a uno de cada mil millones) a accidentes o ataques o apuestas muy absurdas o escasez de otros alimentos o ganas de cortarse un dedo para ingresar a un concurso de cosplay de Los Simpson, etcétera.

En otras palabras: la cantidad de dedos está casi en su totalidad determinada por el ambiente. ¿Estamos de acuerdo?

Esto parece absurdo a simple vista, incluso puede parecer que estoy distorsionando el significado de "herencia" para tener razón en alguna extraña afirmación acerca de tu deber moral de darme dinero para que este sitio siga existiendo, pero es completamente correcto: la probabilidad de que tus genes determinen una variación en tu cantidad de dedos es casi nula, mientras que la probabilidad de que el medio ambiente determine tu cantidad de dedos es prácticamente absoluta.

Por supuesto que heredamos de nuestros antepasados el "estándar" de cinco dedos, pero incluso si tu padre y tu madre y el lechero habían perdido todos sus dedos, los tuyos seguirían siendo cinco... a menos que el ambiente haga algo en su contra.

Dicho esto, es evidente que en determinadas épocas y lugares la heredabilidad de los sombreros era cercana al 100%.

What? ¿Los sombreros son hereditarios? ¿Y los dedos no? Absolutamente. Y tu confusión es la misma que la de la mayoría de la gente cuando confunde herencia con genética. ¡También se puede heredar del entorno! Disipemos algunas dudas...


Herencia versus genética


Lo que heredamos genéticamente es en su mayor parte "lo normal", es decir, heredamos un cuerpo humano. Ese es el deber más importante de los genes: juntar dos humanos y que salga otro humano. Después, si tiene ojos verdes o marrones... es un detalle. Lo importante es, por ejemplo, que tenga un pene o una vagina, pero nunca un ramo de flores. Y si el miembro reproductor es insatisfactorio o disfuncional... –Hicimos lo que pudimos –dirían los genes–, hicimos un humano.

Y, sin embargo, lo que heredamos genéticamente es la menor parte de lo que nos hace únicos. Todo lo demás se debe a factores ambientales, y éstos también se heredan.

Con las enfermedades no es muy distinto que con los dedos. Se han hecho incontables estudios científicos, especialmente con gemelos adoptados y separados al nacer cuyos padres biológicos tenían algún trastorno hereditario como la esquizofrenia, acerca de la influencia del entorno en la heredabilidad real de cada cosa. Estos experimentos tomaron décadas y décadas porque hubo que aprender mucho y corregir errores sobre la marcha, además de ir esquivando el lento paso de las éticas y de las leyes...

Bebé jugando con sus genesSe descubrió en este camino, por ejemplo, que sólo una hora tras el nacimiento los bebés ya muestran inconfundibles diferencias de comportamiento dependiendo de la cantidad de minutos que pasaron junto a la madre o de la cantidad de luz de la sala donde los colocaron u otros detalles por el estilo.

Por si fuera poco, se encontró que era todavía más importante la influencia del ambiente antes del nacimiento, porque, lo creas o no, tu madre fue alguna vez tu ambiente, y durante la gestación muchos genes cambian de una manera que no podrías imaginar ni siquiera al nivel de una sola célula. Pero llega un momento, cuando se acerca el parto, en que se estabilizan: la cromatina –una cosa que envuelve al ADN para protegerlo (ahora no importa de qué)– envuelve al gen, "silenciándolo" y determinando, en base a un estímulo ambiental tal vez irrepetible, una característica de por vida.

Pero la historia no termina ahí. O no empieza ahí. Las cosas que le pasaron a tu madre durante su vida, decenas de años antes de que nacieras, también afectaron su química corporal y, en consecuencia, la tuya. Eso también era ambiental, y se remonta a tus abuelos y bisabuelos y tatarahombres de las cavernas. Todo esto se hereda, pero no genéticamente.

Si bien los genes son el medio que transmite el mensaje, es el ambiente el que determina qué transmitirán los genes.

Así que es de un modo muy estricto que digo que la mayor parte de lo hereditario no es genético. Y ni siquiera voy a hablar hoy de "cultura", que parece un chiste al lado de todo esto. ¡No! Hoy hablamos de sombreros.

La cosa es simple: Si hubieras nacido en el mundo fantástico de la imagen del principio, seguramente hubieras heredado un sombrero en la cabeza. Esto puede parecer reductible a algo "cultural", pero esa no es más que una palabra para determinados y arbitrarios aspectos del ambiente que modifican el comportamiento desde sus cimientos moleculares.


Comportamiento


En biología, todo puede reducirse a "comportamiento"1, que a fin de cuentas es lo que estudia esta ciencia. Tu manera de lidiar con el estrés, por ejemplo, es un comportamiento que depende de miles de factores ambientales interactuando con uno o dos factores genéticos que determinaron tu química y estructura corporal (después, durante o antes de haber nacido).

También tus preferencias alimenticias son un comportamiento mayormente derivado de la capacidad de tus células de aprovechar determinados nutrientes o de resistir ciertas toxinas que dependen también de su disponibilidad en la dieta de tus antepasados (ambiente), y esa información se transmitió de generación en generación por vía genética.

Por ejemplo: Si tu madre era pobre, comía mal y tenía bajos niveles de azúcar en su sangre, tu metabolismo se desarrolló durante la gestación para aprovechar cada molécula dulce que hubiera disponible. En consecuencia, naciste con una eficacia excepcional para asimilar azúcares. Pero mientras crecías las condiciones externas mejoraron, pudiste comer todos los chocolates que quisiste, tu organismo estaba programado para absorber todo lo dulce, se saturó de azúcar y te volviste diabético. Luego pasaste alguna catástrofe similar a tus hijos.

Hay casos en los que la historia se repite consecutivamente y otros en los que se contradice y se vuelve a contradecir: La abuela fue una mujer fría que crió a una madre sedienta de amor, y ésta luego fue sobreprotectora con la hija, y ésta le dio demasiada libertad a la nieta, etcétera, todo a través de las hormonas en el torrente sanguíneo, que era el ambiente del siguiente ser. La historia se repite, pero generalmente fluctuando, saltando generaciones.

Pero los sombreros son hereditarios, 100% si el ambiente está lleno de ellos.

Tienes que hacer lo que tienes que hacerComportamiento no es algo limitado a tirarse un pedo en un ascensor. Comportamiento también es cómo funciona, cómo se comporta cada uno de tus órganos, que resultan en un macro-comportamiento del organismo. También es comportamiento cómo reaccionan tus receptores de cada neurotransmisor a la presencia de éstos, que a su vez dictaminan cómo se comportan los órganos.

Y es comportamiento cómo reacciona un átomo A con uno B, que construyen moléculas complejas que crean aminoácidos y cosas raras que se comportan de cierta manera y forman neuroreceptores en cada célula que terminan programando a los genes. Y finalmente, es comportamiento, aunque imprevisible, el movimiento browniano, caótico que hay en el líquido en el que flotan los orgánulos y el ADN dentro da las células y cuya aleatoriedad determina el destino de cada cosa en la división celular.

Los genes funcionan más o menos así: Si ocurre tal cosa, entonces hacen tal otra. No tienen ni la menor idea de lo que están haciendo, sólo reaccionan. Y el 95% del ADN está ahí para asegurar que esas instrucciones de "si X entonces Y" sean verdaderamente útiles, es decir, para mezclar el otro 5% de genes y experimentar, prefabricar genes completamente nuevos sin razón aparente por si acaso mañana fueran esenciales para sobrevivir.

Pero el ADN tampoco sabe lo que hace, sino que reacciona a los promotores que por todo el organismo "deciden" cuál gen activar, desactivar o modificar aleatoriamente a cada instante en nombre de la evolución.

Y, honestamente, el organismo tampoco sabe lo que hace, sino que reacciona al mundo exterior. Todo comportamiento y todo modificado por el ambiente: el efecto generalmente va del tsunami a la mariposa, no al revés.


Interacción genético-ambiental


A la larga, siempre, pero siempre, lo que hace un gen depende del ambiente. De hecho, hay una inmensa cantidad de genes que no hacen nada simplemente porque están ausentes los estímulos externos. Pero los genes están allí porque alguna vez entre nuestra primera etapa como amebas o peces o lo que fuera hacían algo importante.

Entonces: uno hereda de los padres los genes (o la mayor parte), pero no hereda las funciones de esos genes. El mismo gen que hace un brazo puede crear una aleta si hay demasiada agua en el ambiente. Por supuesto, ese gen no existe, pero esencialmente así funcionan: la presencia o ausencia de determinados factores ambientales le da a cada gen un rol para gen-erar el comportamiento emergente.

(De todos modos, si bien no hay un gen "brazo/aleta", hay genes con instrucciones para armar el cerebro, y nosotros compartimos una de sus partes con todos los animales con extremidades, pero tenemos otros genes que añaden una zona del cerebro para ajustar el movimiento de los dedos: Cuando uno quiere mover un sólo dedo, la parte A del cerebro envía la orden de mover los cinco dedos, e inmediatamente la parte cerebral B, más nueva, adjunta la orden de "sin importar lo que diga la parte A, no mover estos cuatro dedos". Así nos diferencian los genes de otras especies que, aunque tengan dedos, no necesitan tocar el piano o hacer sombras chinescas o sacarse mocos de la nariz.)

Y esto es muy importante y de poco conocimiento popular: Aunque tengamos todos los mismos genes que nuestros padres y que cualquier ser humano, cada gen específico se puede construir de muy diversas maneras (como 60) y cada "versión" del gen puede o no tener un efecto distinto, desde levemente curioso hasta absolutamente catastrófico.

Los genes importantes están bien protegidos porque han probado ser vitalmente exitosos y se fueron reforzando durante millones de años (el genoma es tremendamente repetitivo, redundante). Pero otros genes más nuevos están ahí, medio desorientados, un poco más a merced de los procesos químicos naturales, y, como ninguno sabe qué carajo está pasando, a veces mutan... y uno acaba con tres pelos más en el lado derecho de la cabeza o con una enfermedad mortal, pero sigue siendo humano.

Pequeñas mutacionesTe sorprendería lo que pueden hacer estas "versiones" de cada gen, que no se heredan genéticamente sino que dependen del ambiente. En el nivel más amplio: interactúan de maneras muy diferentes con las mismas hormonas. Y las hormonas surgen en respuesta, por ejemplo, a la dieta o eventos estresantes o cualquier otra cosa externa. En resumen, la suma de estas versiones de los genes y los factores ambientales construyen tu comportamiento.

Ya no hablamos de genes diferentes, sino de variaciones de un mismo gen que pueden hacer que un individuo –ejemplo real que existe en casi cualquier especie– sea o no propenso a la agresión, sea o no –otro caso real– propenso a la depresión, etcétera, o que dos personas con el mismo ambiente (por ejemplo, donde sufren tremendos abusos infantiles) puedan desarrollar comportamientos totalmente opuestos... todo por tener una molécula diferente en un sólo gen –hay incontables ejemplos–.

Hay una versión de un gen que provoca actitud antisocial únicamente si la madre del niño es una persona introvertida. Y hay otra versión de otro gen que eleva el Cociente Intelectual únicamente si la leche materna tenía un alto nivel de carbohidratos. Y otra mutación genética que compartimos con los ratones nos vuelve propensos a la monogamia o la poligamia según un factor ambiental aún no identificado.

Así que no era tan fácil como gritar "¡cultura!". Es algo mucho más grande, es el "Efecto Mozart" del universo. Sin embargo –y esto va para quienes buscan un chivo expiatorio– los genes sólo influyen en cómo y cuánto un individuo será agresivo, sexual, etcétera, pero es el aprendizaje durante el desarrollo de la personalidad lo que dictamina cuándo y dónde aplicar estos comportamientos, es decir, en qué contextos socialmente apropiados.

Otro día daré ejemplos concretos y contundentes de lo rápido que puede actuar la evolución propiamente dicha por cambios mínimos en el ambiente y la importancia de éste en el desarrollo del comportamiento individual y colectivo. Por ahora, baste con decir que tu inclinación por usar sombrero es hereditaria.

Uno hereda todo del entorno, y (a veces) a través de los genes.

Los genes son intermediarios entre el ambiente y el comportamiento del organismo, codifican la realidad externa, la traducen en personalidades. Tienen un rol vital, pero no particularmente en la herencia padre-hijo, sino nada menos que en tu interpretación del mundo... y a la vez son de alguna manera una interpretación del mundo que te rodea.

¿Te pareció poco? A ver con esto: Los genes se mueven, son capaces de desprenderse de la cadena en cualquier momento y reinsertarse en otra parte, incluso en la mitad de otro gen, sin motivo aparente más que "hacer algo", y crear un gen nunca antes visto en toda la fucking historia evolutiva del universo. Te lo juro: tu organismo está completamente loco. Deberías transferir tu mente a una computadora ni bien sea posible. (No te preocupes, estará lleno de porno.)